Llevo unos días de lo más extresada por esta epidemia de estupidez mundial(y, sobre todo, generacional). Es que nadie se mueve, nadie hace nada, nadie tiene ninguna intención de hacer nada que importe, nada transcendente(una de mis palabras favoritas), ¿puede ser que todo el mundo aspire a una hipoteca, un par de críos(rubios y maleducados)y un trabajo con horario cómodo... uff esta mediocridad me ahoga.
Ni siquiera el amor(propio y ajeno)inspira a la gente, se conforman con cualquier cosa y cuando lo digo es por algo, todas mis amigas(y cuando digo todas, es TODAS)salen con tíos por los que no sienten nada realmente, se limitan a acostumbrarse a su compañía... es terrible. Lo peor es cuando te miran con esa cara de "no entiendo por qué..." y te sueltan, así, sin anestesia: "Tendrías que buscarte un novio como(insertar nombre del novio de la interlocutora)..." (que conste que quiero mucho a mis amigas, pero a veces... ¬¬) Respuesta jamás expresada en palabras: "¡Por Dios!, estamos en pleno siglo XXI, no me vengas con esas, además, mediocres aburridos como tu novio los hay a patadas, si estoy sola es por eso... mediocridad tengo suficiente con la mía, GRACIAS."
En fin... las frases lapidarias de mi madre son aún peores(ya iréis conociéndola, pero os adelanto que esa mujer es la razón por la que Wally se esconde). Desde mi más tierna infancia ha dedicado todos sus esfuerzos dialécticos a pisotear y reducir a polvo mi autoestima, y hay que admitir que no le ha salido mal del todo. Sus continuascontinuas! indirectas, directas e incluso exhortaciones acerca de mi vida deportiva han dado como resultado algunos de los episodios más patéticos de mi existencia, casi todos relacionados con mallas, zapatillas de deporte y otros artículos satánicos... no es que sea un desastre TOTAL en los deportes, el ajedrez no se me da mal(y es olímpico). Todo tiene una explicación, digamos que mi madre, cuando tenía mi edad, era el tipo de chica que deja con la boca abierta a todo el mundo y el hecho de que su única descendiente femenina no haya heredado esa arrolladora belleza la frustra bastante... pero vamos, que se apunte al club, no es que yo lo haya hecho con intención de molestarla, la genética, es la genética...
Ya me estoy extendiendo mucho, así que nada, os dejo pensando en la suerte que nunca se os habia ocurrido que teneis por no tener a una madre psicótica y controladora...
Besos
Penny
